domingo, 17 de noviembre de 2019

No sé si la gente aún lee blogs.  O si los escribe.

No sé como llegué aquí, realmente. Con el pasar del tiempo, me he dado cuenta que las mejores conversaciones han sido las que he escrito, o las que he tenido conmigo misma. ¿Eso me hace una demente? No lo creo. Creo que sólo podría revelar que : o tengo pésimas amistades que no escuchan, o que se me hace más sencillo no decir en voz alta lo que me pasa. Por miedo, por inseguridad, como mecanismo de defensa... podrían ser una y todas a la vez.

Hace un par de semanas, mientras me tomaba una cerveza con alguien que alguna vez protagonizó varias entradas de este vehemente blog, dije muchas cosas en voz alta. Y sentí que sólo al decirlas ( más alla que las haya pensado hace mucho tiempo) , ya las estaba aceptando.

Mientras escribo, estoy escuchando el primer disco de Shakira. Obra Maestra! (Pies Descalzos -1995)
Me dolió un poco escribir ese 1995.

¿Qué fue lo que dije en voz alta que me demoró tanto?
Aceptar que el tiempo pasa. Y pasa para todos. Que los amores no son los mismos. Las ganas tampoco. Mejores o empeoramos, pero no cambiamos.
Que la vehemencia de años pasados se ha apagado y que nos convertimos en el estereotipo del que nos reíamos mientras lanzábamos en el malecón.

La melancolía que viene una noche, mientras pones un disco que tiene casi 25 años, y que te hace buscar desesperadamente la contraseña de un blog que escribiste hace menos años de los que parecen.

Esto señores, es envejecer.