Es así que un libro ya no es solo una historia, es una historia cada vez que lo abres; y ese número puede ser el que queramos.
Me siguen?
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Eso me paso hoy, pero con una persona.
Tengo este chico por el que en algún momento moría. Fuimos amigos que se besaban y así estaba todo bien, sin conversaciones profundas, sin sexo, sin complicaciones.
Crecimos, cambiamos de amistades y pronto los besos se convirtieron en llamadas, luego en chats de facebook y luego en esporádicos mensajitos de whatsapp.
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Salí de mi fiesta de año nuevo a las 5:50 am, directo al respectivo caldito de gallina. No quería llegar a mi casa tan temprano y encontrarla vacía, y teniendo en cuenta que por la cantidad de latitas de energizante que había tomado no dormiría hasta san valentin, y llamé al chico del segundo párrafo.
Sabía que estaría en su casa, sabía que me abriría la puerta y me hubiera recogido si así lo hubiese querido. Llegue a las 630 am a su casa, semi destruida por la juerguita, y me metí a su cama.
Quiero dormir, le dije. No quiero ir a mi casa y no quiero estar sola.
Me besó.
Y ahí me di cuenta. Yo no era la misma, esa historia ya la había leido antes, pero la que había cambiado era yo.
Esa página la había vivido hace 4 años, esa boca ya no estaba rica, esos besos estaban flojos, esas manos estaban nerviosas. Y cómo podía ser? Si eran las mismas de antes...
Y ahí echada en su cama, todavía atontada por el alcohol, cerré ese capitulo.
Paradojicamente, un uno de enero.